Such a heavenly view
Amores de octubre
Cubrime con tu cálido abrigo, llegá a mi corazón a través de caminos casi infranqueables sino por tus resolutivas estrategias, derramá el volumen de tu encanto en cada centímetro de mi piel para así romper la carcasa de diamante que corta mi respiración, en la que mi encierro se vuelve más y más sofocante. Liberame y escapemos juntos. ¿Me ves perdida? Estoy perdida, sin norte, sin nada, solo busco desesperada tu mirada en la fresca noche de un día de octubre.
En mi sueño distingo tu voz, intento alcanzarte, pero ya no estás. Cuando me doy cuenta, las gotas de una lluvia matutina están golpeando contra el ventanal, anunciando el comienzo de un nuevo día. Nada que vaticine algo fuera de lo común ni que pueda bifurcar el monótono traqueteo diario. Solo un té, el más asqueroso que probé en mi vida, adivina una mañana un tanto amarga. Y en el momento en que el cielo me dirige un refrescante saludo, en ese preciso instante, me encuentro más presente que nunca, aunque al mismo tiempo, con un pie aún en el sueño, y otro en el inicio de una jornada aparentemente otoñal, aunque formalmente primaveral.
Camino, alzo mi cabeza y entonces sucede. La brisa nos envuelve a los dos en un vínculo relativamente sordo y la emoción cala en lo más hondo de mi cuerpo cuando te veo, pero mis ojos no confían, ¿cómo es posible? Hasta hace un rato te estaba soñando y ahora estás acá, tan vos, tan tuyo. ¿Es esto real? Pruebas, sí, eso. Necesito comprobar tan intensa casualidad. No sé por qué si instintivamente vamos hacia la misma dirección, se siente como si te estuviera persiguiendo. Da igual, esto promete realidad porque las señoras de la entrada acaban de confirmarme con su adorable saludo que en este Universo los primeros minutos de un nuevo jueves están corriendo.
Algunos pasos más, seguimos avanzando y... ¿qué espero? ¿te espero? Poéticamente, sí. Verdaderamente, no; solo me espero a mí misma. De igual modo, no puedo negar que cuando volteás mi corazón da un saltito y un chucho de frío me recorre de arriba a abajo. Qué bueno que te diste vuelta, si no andar por los pasillos sin hablar ni mirarnos hasta llegar al primer piso iba a generar una incómoda atmósfera.
Como quien pincha un globo de colores y al hacerlo, desparrama confeti que cae sobre nosotros, la realidad irrumpe en la ficción, y apenas si noto que me estás hablando. "Hola. Uf, estos cambios de temperatura tan abruptos amenazan con regalarme un resfrío, ni siquiera los caramelos de miel funcionan ya".
I don´t care, go on and tear me apart
I don´t care if you do, ooh
´Cause in a sky, ´cause in a sky full of stars
I think I saw you -Coldplay
-V🌼
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