Un mediodía
Caminando por el barrio, observé las casas vecinas. Noté cómo el sol del mediodía acariciaba las fachadas, el silencio característico de los domingos y ,en la esquina, un inconfundible aroma a asado flotando en el aire. Había viento y no estaba sola. Andaba con mis personas favoritas, charlando tranquilos. Luego de una semana de borrascas, aquel tiempo primaveral que cubría la ciudad –al fin– era reconfortante en verdad. Pensé ideas que ya olvidé, aunque espero pronto recordar. Decidí entonces contar este momento especial, para que no se perdiera en la volubilidad del tiempo y pudiera tomar forma y existir, para mí y para vos que estás leyendo.
–Valen🌼
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