"Los ojos vendados y la boca abierta de par en par"

 Cómo ver la vida sin anteojos

   "Ahora no se atrevía a afirmar de nadie, que fuera esto o aquello. Se sentía muy joven, al mismo tiempo que indeciblemente envejecida. Penetraba como un cuchillo en todas las cosas; y al mismo tiempo se quedaba fuera, observando. Tenía un sentimiento permanente, al mirar los taxis, de estar fuera, lejos, muy lejos, mar adentro y sola; siempre tuvo la impresión de que vivir era muy, muy peligroso, incluso un solo día. Y no es que se creyese astuta, o muy fuera de lo común. Cómo se las había arreglado en la vida con las cuatro cositas que Fraulein Daniels les había enseñado, no se lo explicaba. No sabía nada; ni idiomas, ni historia, apenas sí leía ya algún libro - salvo memorias, en la cama -; y sin embargo le resultaba absolutamente absorbente; todo esto; los coches que pasan; y no se habría atrevido a afirmar de Peter, a afirmar sobre ella misma; soy esto, soy aquello". - La señora Dalloway, Virginia Woolf

       Los dos extremos de una misma idea me sujetan y tiran de mis brazos tratando de hundirme para algún lado.  ¿Será izquierda o derecha?,  ¿blanco o negro?,  ¿bueno o malo?,  ¿amor o miedo?,   ¿ser o no ser? Si tan solo tuviera un consejo; porque consejos hay varios, información recibo de todos lados, apoyo y palabras de aliento. Posts de motivación en Pinterest, mensajes de mis amigos. Estímulos por doquier. Pero en el fondo de mi corazón sé que va a depender de mí encontrar EL CONSEJO ideal, LA salida, EL camino. Sortear cada dificultad que se presente y disfrutar de aquello que aunque parezca una dificultad, es una prueba de confianza, llamémosle. Depende de mí cada vez que actúo. 🚀

  Aprendí mucho de mí esta última semana; me di cuenta de que soy capaz de muchas cosas que ni imaginaba. Y también aprendí mucho de los demás, y eso me gustó. Entender que atrás de la pantalla hay personas con sentimientos tan reales como los míos, que a ellos, como a mí, las cosas les salen algunas veces bien y otras mal, según dicen, que ellos, como yo, sienten verguenza y miedo a veces. Ese tipo de cosas ensancha el corazón; la empatía suele ser el mejor remedio para las penas del alma. Hacer un lugarcito en nuestro corazón para entender al otro, más allá de nuestros dilemas, entender que tenemos el poder de ayudar a sanar a la persona que está al lado nuestro. No hay regocijo más grande que dar. 

 -V🌼