Sujetos de un mundo estético
“¡Cuánta es la influencia que ejercen sobre el aspecto del mundo exterior los pensamientos que ocupan nuestro espíritu! Los hombres que al contemplar la naturaleza y sus semejantes dicen que solo hay tinieblas y melancolía, no se engañan del todo; pero ese sombrío colorido con que revisten los objetos no es más que el reflejo de sus ojos y de sus corazones, falseados igualmente por la tristeza, que altera sus colores naturales. La verdaderas tintas son muy delicadas y solo pueden apreciarse por un espíritu sereno”. –Oliver Twist, Charles Dickens
Renace el mundo y surgen voces de esperanza en las tinieblas. Cálidas brisas apaciguan las emociones que turbaban el espíritu mientras los ojos siguen un avión que recorta el cielo, vuela por las nubes hasta alejarse. Es de tarde, pero durante las primeras horas del día ocurrió algo similar. Sentada en un rincón, pensó que si bien el progreso es palpable, no hay nada que logre cambiar la amarga rutina. Sugerir modificar el recorrido no sirve. Dejar que los meses pasen así sin más tampoco es una opción. ¿Entonces, qué?
Por aquí y por allá, un grito sordo de alguien que busca desconsoladamente ser parte, tomar un lugar en el conjunto, en el grupo. Un espacio asignado. Parece que eso terminamos siendo; seres impasibles que quedan sujetos al estereotipo, presos del sitio donde hace tiempo dejaron de sentir en profundidad y donde se limitan a asentir maquinalmente.
Bailo para convertir en oro los minutos, para rememorar ademanes que perdí en alguna vez pasada y que entonces resurgen en mi memoria con la mayor claridad. Sean mágicos los días, únicos los momentos. Ho detto.
-V🌼
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