Una tarde como esta
“No creáis que el cielo está en las nubes…está en el hueco de vuestra mano…, está en todas partes y dondequiera”. –Las llaves del reino, A. J. Cronin
Se recostó a mirar el cielo. Aquella tarde no era solamente digna de ser contemplada; en realidad, su aire solemne, perfume del patio, la invitaba a soñar. Entendió que cada día, aquel mundo daba miles de razones para que cualquier dolor se apaciguara, para que la incertidumbre fuera sustituida por paz y para que los instintos no fueran gobernados por el miedo y el odio, y sí por el convencimiento y la motivación de querer algo mejor, de creer que era posible volver realidad sus sueños. Esquivar los efímeros obstáculos, que tan frecuentemente la sujetaban y le impedían alcanzar la prosperidad deseada, valía la pena porque nuevas alegrías la esperaban. Debería para eso dejarse llevar por el ritmo de la vida, aquel que se sentía en las profundidades de la naturaleza –como también, dentro de sí misma–, cuando la brisa traía familiares aromas y el canto de los pájaros producía el regocijo de su corazón; y mientras tanto, adoraba encontrarse en aquel cálido lugar, rodeada de altos pinos, palmeras, campanillas amarillas y preciosas margaritas. Esos días se sentía más viva que nunca y agradecía con fervor poder vivir aquellas tardes, allá en el patio.
–Valen🌼
No comments:
Post a Comment