Adiós, entrañable puerto
“No creáis que el cielo está en las nubes…está en el hueco de vuestra mano…, está en todas partes y dondequiera”. –Las llaves del reino, A. J. Cronin
Dejo un año más atrás y recibo uno nuevo. Confieso que la perspectiva de crecer y convertirme en alguien más madura e independiente me aterroriza. Principalmente, por el hecho de creer que me alejo cada vez más de la niña que alguna vez fui, de las personas que amé y que ahora existen en mis recuerdos y de los lugares que me vieron crecer. En especial, desprenderme de aquellos pocos sitios que se sintieron como mi hogar es realmente doloroso; significa levar anclas y soltarme de la seguridad del puerto, para dirigirme hacia un mar abierto, lleno de aventuras.
Siendo sincera, tengo sentimientos encontrados respecto a esta época de mi vida. Hay momentos en los que me resulta casi imposible aceptar que los días de juegos están llegando a su fin; entonces la nostalgia me envuelve y el alma se me inunda de pesar y añoranza. Algunas veces, sin embargo, cuando comprendo que el juego es la misma vida y que a partir de ahora podré decidir incondicionalmente hacia dónde orientar mis sueños, me vuelvo aún más fuerte; en aquellas ocasiones soy en verdad capaz de discernir entre lo que quiero conservar conmigo -y cómo utilizarlo para que me proporcione valor- y lo que prefiero abandonar en el camino.
Me recuerdo que mi esencia fundamental no se va a ningún lado, sino que permanece acá en mí por siempre, con más y más vigor.
Solo Dios sabe qué me depara el viaje, pero realmente estoy entusiasmada sobre todo lo que viene a partir de ahora. No obstante, mis pensamientos están focalizados en este maravilloso presente. Deseo disfrutar cada instante de este precioso día que es mi cumpleaños.
-Valen🎃
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