Soy una joven libre
“La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.” -Rayuela, Julio Cortázar
Vida adorada, siento la templanza de tus pasos en este delicado paisaje. Siento tu amor en la postal que contemplo cada día. Observo cómo pasan las estaciones: por acá, las hojas del árbol cambian de color, aparecen nuevas flores y el sol se queda hasta más tarde; por allá, otros corazones juegan en espacios donde alguna vez jugué. Todo sucede cuando debe suceder y hoy más que nunca confío plenamente en tu apabullante fuerza. Acepto que debo dejar ir para encontrar nuevas posibilidades.
Recuerdo cuando esta vista no era más que gris vaguedad, y mi alma, entonces, insensible a cualquier dulce tacto. Ahora agradezco al cielo haber hallado esperanzas que inspiran mis ganas cada día y me envuelven en la abundancia.
-Valen🌼
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