Es una despedida oficial
Aunque deba hacerlo, no quiero irme de mi casa. Espacio mágico donde la imaginación y la diversión irradiaban de los juegos que inventábamos. Sitio de mil laberintos donde me perdí en cada uno de ellos para acabar encontrando la salida. Hogar del alma que quedará por siempre grabado en mi memoria.
Es tan difícil despedirte; a veces pienso que es hora de dejarte atrás y, por supuesto, es cierto. Pero, querida escuela, decirte adiós se está convirtiendo en la tarea más complicada que podría enfrentar. Me duele no volver a verte, ni a reposar mis dudas en tus apacibles rincones. Siéndote sincera, en los últimos años, hallándome en tus galerías me sentí más sola que otra cosa. Aún así, nada importó. Nada importa porque, ¿qué puedo reprocharle al colegio que me vio crecer? ¿Qué decirle al sitio donde pasé los momentos más felices de mi vida? No, ya no importa. Lo que pudo haber sido pierde todo su sentido, cuando entiendo que lo que fue me cambió la vida, me hizo ser quien soy.
Y hoy, aunque deba salir de mi amado refugio y comience a recorrer el mundo que me espera, aquel mundo que se amolda mucho mejor a mis necesidades actuales, hoy, quiero expresarte mi devoción. Decirte que amé a cada persona que conocí estando en casa, y que agradezco haber aprendido en tus salones.
Adiós, hogar. "Aunque, pensándolo bien, nadie se despide de ti si no quiere volver a verte".
🌼Valen.
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