Viernes ventoso
Fue entonces cuando entendí que desde niña había medido mi valía con la vara de la aceptación ajena; precisamente había cometido la inconsciencia de dejar que un número validara eso tan frágil que llaman amor propio. Ahora las consecuencias estaban frente a mis ojos, entonces lamentaba haber sido tan imprudente. Lamentaba no lograr dar vuelta la página. Mi estima seguía estando superditada a la opinión del otro: tal era la estructura que había construido en mi mente. ¿Cómo podía escapar de la trampa que yo misma me había colocado? Sacaría fuerzas de lo más profundo de mi alma, me enfrentaría con las mil y una vicisitudes del camino y escalaría persistentemente cada peldaño de esa intimidante montaña. No continuaría viviendo en la sombra. Fuera en las tardes otoñales o en el calor del verano, quería reencontrarme en algún sitio, de algunas forma; porque no aceptaría relegar mis espezanzas a un tiempo obsoleto. Demasiadas veces lo había hecho y ya no lo haría más.
-V🌻
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