Tardes
Luego de un diluvio, por las ventanas del bus se cuelan rayos de sol. Entra el viento y me acaricia el rostro, algo que me reconforta, dada la humedad en el aire, remanente de la tormeta de temprano. A veces me pregunto si esto es lo que imaginaba, ir por la gran ciudad con mis sueños en la mochila, por momentos tan desorientada, con un mar de sentimientos dentro, aunque intentando mantener la compostura. Pensando si seré lo que me propongo ser, pensando hacia dónde ir. Cada día es un valioso paso, y estoy más cerca de reafirmar quién soy, y hasta dónde podré llegar; cada día es una promesa, mi valentía denota el compromiso por mi verdad, el compromiso por hacer algo distinto, tomar las riendas de mi vida, y poco a poco dejar a un lado la pasividad en la que estuve confinada.
Dar pequeños pasos hacia una meta es como la fuerza del mar en las rocas; imperceptible al principio, evidente luego. Mirarando desde otra perspectiva me doy cuenta de que lo que creía saber puede verse de otro modo. Utilizando mis palabras como herramienta para moldear mi mundo a mi gusto, se despejan las nubes en mi cielo, y de pronto me siento más feliz.
-Valen🌼
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