Andando en mi lugar

 Entre tiempos 

“Era difícil ser un gran escritor si uno amaba el mundo y vivir en él y amaba a la gente especial. Era difícil cuando se amaban tantos lugares”. –Nick Adams, Ernest Hemingway 

  Me encontré en ese espacio donde amaba profundamente cada minuto, donde en mi inocencia inicial, retrataba cada instante con fervoroso entusiasmo. Y aún cuando durante una etapa apareció la preocupación y la presión de verme obligada a encajar, a ser el reflejo de la joven que otros proyectaban en mí, aún así pude hallar un puente que se abría justo a tiempo, para iluminarme el paso hacia otras tierras inexploradas, que albergarían novedosos tesoros. Por eso quise intentar abrir nuevas puertas. Porque mi tierra me tenía recluida en los conocidos límites, me era indiferente porque nada nuevo podría inventar en ella, y entendía que no era provechoso más que conservar la fuerza del recuerdo para impulsarme a crear un buen final. 

  Así estábamos entonces mi tierra y yo. Emparentadas por un lazo familiar, orgullosas de nuestro largo trayecto y conformes tanto con las circunstancias favorables como con las adversas. Todo había sido como había tenido que ser. Ella me había brindado la protección necesaria para desarrollar mi potencial y me había dado la ocasión de presenciar brillantes mañanas. Yo le había otorgado mi fidelidad, compromiso y respeto. Descubría que el amor se desprendía de aquellas paredes que encerraban almas para ser cultivadas con valores y bondadosos sentimientos. En un futuro estaría muy agradecida con mi lugar. Ahora debía dejarlo ir; tenía que tomar otro camino. ¿Quería tomar otro camino? No estaba decidida. Aunque no quisiera del todo, no soportaría verme relegada al sitio del conformismo. Presa en el terreno conocido, inutilizando mis alas, no estaría contenta al quedarme cómoda. 

  Estaba creciendo y poco a poco lo iba aceptando. 

–Valen🌼