Chance de elegir caminos
“Puede que estos golpes nos hagan abrir los ojos y viendo los peligros más de cerca, tratemos de otros esfuerzos que son dados a los hombres que pueden y deben llamarse tales”. –Belgrano, Daniel Balmaceda
Entre latido y latido su corazón se detuvo durante un segundo. Aturdida, sintió a su cuerpo estremecerse y para explicarse esa reacción a sí misma, se dijo que una espina había sido clavada en su pecho. Podría parecer exagerado, pero esa metáfora representaba la impresión que causó en ella aquello que acababa de oír. Si era un rumor impronunciable, entonces ¿qué opción le quedaba sino la de compartirlo con el papel? Sabía que en cualquier caso tendría que contarlo, porque si no la espina se le quedaría inserta por demasiado tiempo y quitarla sería cada vez más difícil; atestiguando su desengaño, aunque quizás no tuviera el poder de arrancar la astilla, al menos podría desenterrarla un poco.
En los segundos siguientes, sus latidos recuperaron su ritmo usual, pero percibió una particular pesadez, consecuencia del modo en que su corazón trastabilló momentos antes. Ahora comenzaba a apabullarla la voz de su conciencia. ¿Tendría ella la fuerza suficiente para cargar con aquellos tipos de mal tragos? ¿Encontraría la manera de transformar comentarios dolorosos en energía que la impulsara hacia el perdón y el amor? Sabía también que, a esta altura, rechazar toda desavenencia, en lugar de buscar una salida decente, era simplemente inaceptable, ya que tarde o temprano lo que no enfrentaba terminaría persiguiéndola en sus peores pesadillas. Al miedo hay que mirarlo a la cara, se dijo, y pensó que enfrentando sus recurrentes temores y explicándose a sí misma que el amor es la llave hallaría paz hasta en los días tormentosos.
-Valen🌼
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